EPISODIO 41. LA EMPATÍA ENTRE LAS BARRAS DE FÚTBOL
¿Qué sienten en sus corazones los agresores que hieren o matan a un hincha de un equipo rival? ¿O cómo lo sufren los agredidos... y sobre todo las esposas, madres, hermanos e hijos de quienes han muerto, o han matado por una camiseta? Andrés los invita a sentir esto por un momento con empatía.
Luego Andrés les dijo:
–Miremos en este sentido lo que sucede en el apoyo a un equipo deportivo, o tal vez a un grupo o candidato político, y aun a las creencias religiosas: nos pueden transformar en seres apasionados y "ciegos a la “verdad objetiva”. Y esto nos aleja de la verdadera empatía.
Y les propuso a todos el siguiente ejercicio:
–Observemos ahora la dura experiencia que viven muchos aficionados al fútbol cuando les falta empatía. Yo mismo lo encuentro a veces en mi práctica como motivador de equipos juveniles, pero también todos lo sufrimos al ver algunas noticias muy dolorosas. No es aceptable que los hinchas de un equipo insulten y aun agredan al que lleva la camiseta de su oponente. Estas agresiones en ocasiones llegan hasta el asesinato. ¿A qué creen que se debe esto?
Andrés calló mientras los observaba a todos. Algunos bajaron la vista. “¿Se sentirán avergonzados o tal vez adoloridos?” se preguntó. Al fin se atrevió a hablar Raúl, tecnólogo en logística, un hombre alto y corpulento de unos 30 años, jefe de la bodega central.
–Andrés, yo disfruto mucho cuando juego fútbol o asisto al estadio, y debo reconocer que algunos lo tomamos con una pasión extrema: no queremos aceptar que nuestro equipo pierda o que el rival nos supere. Y sé que esta pasión nos enceguece muchas veces, sobre todo ante jugadas dudosas.
Varios de los asistentes asintieron en señal de que ellos sentían algo similar. Andrés los invitó a cerrar los ojos y a tratar de vivir por un momento y en silencio, como si fueran un miembro de las barras bravas, esa pasión intensa. Así lo hicieron. Luego les preguntó:
–¿Qué sienten en sus corazones los agresores? ¿O cómo lo sufren los agredidos... y sobre todo las esposas, madres, hermanos e hijos de quienes han muerto, o han matado por una camiseta? Sintamos esto por un momento con empatía.
Andrés notó gestos de mucho dolor. Algunos revivían experiencias cercanas a sus familias o a sus amigos más queridos. Entonces les propuso una tarea:
–Ahora imaginemos que antes del partido nos reunimos con nuestros compañeros de una barra que a veces se muestra agresiva. Hoy tenemos una inquietud: ¿Cómo podemos trabajar todos para transformar la rivalidad y el odio en puentes de acercamiento con los hinchas del otro equipo? ¿Qué nos une, qué compartimos, qué tenemos en común, qué podemos construir juntos entre todos y para el bien de todos?
Un momento después, los invitó a comentar. Fue una experiencia muy rica y productiva para todos, que ayudó a cambiar la perspectiva de muchos y les permitió vivir y comprender mejor qué es realmente la empatía. Luego les anunció que en los talleres que vendrían luego, Selene los ayudaría a profundizar y fortalecerse en este importante tema. Y concluyó con esta famosa frase atribuida a Voltaire:
“Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta
la muerte tu derecho a decirlo”
Andrés observó en los rostros de todos que el mensaje los motivaba y comprometía para vivir más la empatía en su trabajo y en sus vidas.
¿Qué sigue luego? Selene les señala el origen de la palabra empatía, y los invita a revivir en sus mentes situaciones de comunicación difícil con alguien cercano, y a cambiar el enfoque para mejorar la relación. ¿Qué pasa cuando debes negociar un problema de linderos con tu vecino de casa o de finca, y cómo puedes aplicar aquí la empatía?
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