EPISODIO 87: EL ESTILO NEGOCIADOR DE DONALD TRUMP: PRESIÓN, ESPECTÁCULO Y RESULTADOS MIXTOS (2/2)

Venezuela: presión máxima sobre Maduro

En su primera presidencia, Trump combinó sanciones petroleras, bloqueo financiero y reconocimiento de Juan Guaidó con amenazas verbales persistentes. Pero su presión no se limita a lo económico: hoy está acompañada por una escalada militar sin precedentes en el Caribe, que incluye el despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo, junto con un grupo de combate con destructores,bombarderos estratégicos B-52 y decenas de otros aviones, un submarino nuclear y miles de marines cerca de las costas venezolanas.

El operativo militar fue presentado oficialmente como parte de una campaña contra el narcotráfico (“Operación Southern Spear”), pero es claramente una señal de presión geopolítica contra el régimen de Maduro.

Maduro, por su parte, respondió con movilización interna, declarando que Venezuela estaba en “máxima preparación” para defender su soberanía ante lo que calificó de “amenaza imperial”.

Estados Unidos también ha destruido embarcaciones, matando a sus ocupantes, pues según la administración Trump están vinculadas al narcotráfico, con decenas de víctimas. Todo este despliegue militar cuesta varios millones de dólares diarios. La ONU y muchos países condenan estos ataques y muertes sin juicio previo.

Resultado:

Esta combinación de sanciones, presión mediática y demostración de fuerza militar ha intensificado el aislamiento de Maduro, quien ha perdido parte de su capacidad financiera, y ha sido forzado a entablar negociaciones más formales con mediadores extranjeros. Pero aún no ha sido derrocado. Recientemente Trump anunció que hablaría directamente con Maduro.

Lección:

La “presión máxima” de Trump no ha sido solo económica, sino también exhibición de poder militar. Es un claro ejemplo de cómo su estilo negociador combina diplomacia dura con disuasión militar. Sin embargo, sin un plan claro para una transición de poder, esta presión puede generar graves tensiones, y no garantiza un cambio de régimen inmediato.


Colombia: la diplomacia desde el micrófono

Con Colombia, Trump no despliega una estrategia clásica de negociación, sino un método de presión pública, donde la palabra —no los mensajes diplomáticos— es su principal arma. Convertida en un símbolo dentro de su narrativa sobre crimen, fronteras y drogas, Colombia es usada más como ejemplo político que como socio estratégico.

1. Colombia como “caso de estudio” para su electorado

A lo largo de su carrera política, Trump utilizó a Colombia como ejemplo de:

· Fracaso en la lucha antidrogas (“no están haciendo lo suficiente”).
· Amenaza a la seguridad estadounidense por el flujo de cocaína.
· Mal manejo de la migración regional, especialmente con la crisis venezolana.

Cada referencia tenía un destinatario claro: su base electoral republicana, especialmente votantes conservadores preocupados por seguridad y narcotráfico.

2. El capítulo Petro: confrontación sin diplomacia clásica

Trump mencionó a Gustavo Petro repetidamente:

· Como candidato, lo usó como símbolo del “peligro socialista”, comparándolo con Maduro y Fidel Castro.
· Ya en el poder, usó a Petro como ejemplo de “lo que no debe hacerse” en América Latina.
· Esta retórica complicó la relación bilateral incluso antes de cualquier conversación oficial.

No fue una negociación, ni siquiera una presión estructurada: fue un mensaje político interno disfrazado de política exterior.

3. 2025: presión renovada y advertencias públicas

Tras su regreso al poder, Trump reforzó su tono hacia Colombia:

· Amenazó con recortes a la cooperación antidrogas si Colombia no aumentaba erradicación y control territorial.
· Señaló en discursos que “algunos gobiernos de la región están permitiendo que el crimen internacional florezca”.
· Sugirió que Colombia debía alinearse más firmemente con Washington en seguridad y comercio, o enfrentaría “consecuencias económicas”.

Aunque no hubo medidas concretas tan severas como los aranceles a China o México, el mensaje fue claro: la diplomacia con Colombia se haría desde el podio, no desde el Departamento de Estado.

4. Consecuencia central: política exterior como instrumento electoral

Para Colombia, el mayor costo no fue económico, sino reputacional y estratégico:

· La relación bilateral quedó condicionada a los ciclos políticos de EE. UU.
· Los temas de drogas y seguridad se volvieron munición retórica más que agenda técnica.
· Petro quedó colocado, desde Washington, en un eje ideológico regional junto a Cuba, Venezuela y Nicaragua, aunque las realidades fueran distintas.

El patrón Trump

El caso colombiano encaja perfectamente en el patrón general del estilo Trump:

· Presión pública antes que negociación privada.
· Descalificaciones personales como herramienta política.
· Uso de un país extranjero para enviar un mensaje doméstico.
· Diplomacia reactiva, no programática.

Trump no negoció con Colombia: la convirtió en un escenario secundario para su narrativa interna.

El reciente alto al fuego en Gaza: ecos de una era

El alto al fuego de 60 días alcanzado hace algunas semanas en Gaza, negociado por Catar, Egipto, EE. UU. e Israel, opera dentro de un escenario que —aunque no diseñado para este fin— se consolidó durante el primer mandato de Trump:

· Israel está más integrado en el sistema regional gracias a los Acuerdos de Abraham, lo que le da mayor margen político en su relación con los mediadores árabes.
· Gaza depende ahora de menos fuentes internacionales de apoyo, tras los recortes a UNRWA y la reducción del financiamiento externo, lo que incrementa su vulnerabilidad humanitaria.
· Irán continúa sometido a sanciones debilitantes, lo que ha limitado su capacidad de proyectar poder y de influir directamente en el conflicto.
· Los países árabes se mueven con mayor cálculo estratégico y menos con el enfoque clásico de solidaridad automática con la causa palestina.

El tablero geopolítico sobre el que se logró este alto el fuego tiene la impronta de Trump: un sistema regional en el que Israel negocia desde una posición fortalecida y los actores palestinos enfrentan mayores restricciones.

Trump afirmó haber “impuesto una fecha límite” para que Israel y Hamás aceptaran, y dijo que esa firmeza fue clave para cerrar el pacto. Según él, “Israel aceptó las condiciones necesarias” para la tregua. Exigió públicamente a Hamás que libere rehenes para que el acuerdo se mantenga, y advirtió que si no lo hacen, “serán erradicados”.  

La propuesta de cese de hostilidades incluye, según Trump, un intercambio de rehenes, la entrega de restos mortales y un mecanismo para que ambas partes negocien un acuerdo más duradero durante esos 60 días.

Así, aunque no todos los analistas coinciden en que “Trump impuso” completamente el alto al fuego (la mediación también vino de Catar y Egipto), su rol fue central: su presión directa, su ultimátum y su propuesta concreta son parte clave del origen del pacto.

¿Qué dirá la historia del estilo Trump?

1. El disruptor eficaz

Será recordado como quien obligó a la OTAN a moverse, a NAFTA a actualizarse y a China a responder a presiones nunca antes vistas.

2. El negociador de acuerdos incompletos

Muchos de sus logros fueron parciales o poco sostenibles: Corea del Norte volvió a las pruebas, China no cumplió todas las metas, Venezuela resiste la presión.

3. El creador de un nuevo lenguaje de poder

Quizá su mayor legado es haber transformado la negociación en un espectáculo público: tweets como ultimátum, conferencias como herramienta de presión, titulares como anclaje. Un estilo arriesgado, ruidoso y profundamente personalista. 

Ahora bien: ¿cómo quedará el mundo cuando Trump se vaya?

Escrito con informaciones de RTVE, elconfidencial.com,The Guardian, Wikipedia, Europa Press, Deutsche Welle, Emol, EFE Noticias,  economy.ac, abm.org.mx, scjn.gob.mx, geopolitica.iiec.unam.mx, y El País recabadas con la ayuda de Chat GPT

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