PRÓLOGO DE CARLOS FERNANDO VILLA GÓMEZ

Un saludo cordial a los lectores que semana a semana siguen este blog. 

Esta vez haré una pausa para compartir con ustedes algo que este gran amigo, lleno de generosidad, me envía desde Mansfield en Ohio (Estados Unidos). 

Como pueden ver, no solo comparte su escaso tiempo sino también su gran inteligencia y sabiduría... aunque me temo que exagera en los elogios.


PRÓLOGO DE CARLOS FERNANDO VILLA GÓMEZ

Cuando Jack Trout prologó mi primer libro, comenzó diciendo “Ha sido un viaje largo”, comentando el tiempo que había trascurrido desde sus inicios en el mundo de la consultoría del marketing. Lo mismo podría decir yo cuando pienso en mis inicios en el mundo del marketing en 1975.

Desde entonces he podido leer innumerable cantidad de libros que engrosaron cada vez más mi biblioteca, la cual hizo que cuando Trout la conoció se asombrara y me diera un consejo que he seguido siempre: “Lea mucho pero no lea tanto”, o sea, seleccione bien lo que va a leer porque para ser un buen mercadólogo no hay que leer todos los libros que se publiquen.

Pues bien, cuando mi colega y amigo Christian Betancur Botero me pidió que Raúl Peralba y yo le prologáramos su novela empresarial “La punta del Lápiz” recordé esas palabras de Jack, e invité a Raúl, quien por tantos años ha sido un gran socio desde España. Ambos nos sentimos honrados y aceptamos.

Conocí a Christian hace muchos años. Yo iniciaba mi actividad consultora y ambos hacíamos parte del grupo de Top Management dictando seminarios sobre el marketing, que apenas comenzaba a ser tenido como algo serio en el mundo empresarial colombiano. Christian, como yo, estudió en el colegio San Ignacio de Medellin. Cuando yo llegaba al “colegio grande”, él ya cursaba los últimos años del bachillerato. Ninguno entonces pensaba que en el viaje que tomamos, el destino nos “uniría” por ambos aspectos: ignacianos y marketing.

Siempre he admirado la habilidad de Christian para transformar conceptos complejos de marketing en historias cautivadoras Y REALISTAS. Su capacidad para crear personajes memorables y tramas intrigantes es algo que yo siempre he envidiado. El Todopoderoso le otorgó ese don a él; a mí me concedió otros, pero ambos coincidimos en que la escritura es uno de esos regalos de Dios.

Cuando Jack Trout (q.e.p.d) conformó el grupo internacional Trout & Partners Group, Raúl Peralba y yo hicimos parte de los integrantes que de 12 países comenzábamos a profundizar sobre el posicionamiento y las comunicaciones del marketing. Fue en 1994, el mismo año que le pedí a Jack viajar a Medellín para hablar sobre Las 22 Leyes Inmutables del Marketing’´que con su antiguo socio Al Ries había escrito.

Fue entonces cuando me enteré de la amistad de Christian con Al Ries, quien fue socio de Jack durante 25 años, y comenzamos a tratar sobre el posicionamiento, siendo Christian de los pocos consultores que he conocido en mis más de 45 años de consultoría, cátedra y otras actividades sobre ello en radio, televisión y prensa, que da un tratamiento acertado y sencillo a lo que el posicionamiento es y significa para el éxito empresarial. Basta leer El Vendedor Halcón (su primer libro) y ahora La Punta del Lápiz para corroborarlo.

Su matriz de posicionamiento es de gran valía y ayuda. A la definición de posicionamiento que propone David Ogilvy (“Lo que el producto hace y para quién es”), Christian le añade otra variable esencial: “¿con quién y cómo compite?” y desde allí construye su valiosa matriz para analizar el posicionamiento actual y elegir la nueva visión, que ha dado gran claridad a muchos estrategas. Los diagnósticos que el libro propone confluyen y se centran en ese análisis del posicionamiento actual y desde allí hasta el final del libro, la estrategia y guías para aplicarla y el plan de acción surgen en forma clara y fuerte de esa nueva visión. Vale acotar que cuando Christian le propuso esos tres pilares como esenciales para la definición del posicionamiento, Al Ries exclamó: “Le compro esa definición”.

Como dije antes, toda mi vida he querido escribir con el estilo que Christian lo hace, ameno, sencillo, entendible y, quizá más importante, productivo, con personajes como Andrés, que ocupan posiciones importantes pero que sabe entender y transformar la empresa dentro del mundo que la rodea para lograr los objetivos propuestos.

Christian tiene una habilidad única para crear personajes realistas y situaciones inspiradoras que resultan familiares para cualquier profesional del marketing. No hay en esta novela un solo capítulo que permita que la atención se desvíe.

Desde cuando apareció El Vendedor Halcón: sus estrategias” hasta ahora con La Punta del Lápiz: la aventura de transformar mi servicio” , ha sido un vuelo que todos debemos emprender para lograr “escribir” y dejar el legado que Christian nos propone con este nuevo libro.

Vale la pena leerlo y, más importante, aplicarlo. Es de esos textos que como dicen los gringos, “a must read”, o sea, “un libro de lectura obligada.”


CARLOS FERNANDO VILLA GÓMEZ

Mansfield, Ohio, Estados Unidos.

Noviembre de 2024.


En la próxima entrega compartiré el prólogo que desde Madrid me envía Raúl Peralba Fortuy, el socio de Villa Gómez.


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